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Golpes de mar de Antón Castro

GOLPES DE MAR EN LA OPINIÓN DE MÁLAGA

Guillermo Busutil escribió sobre Golpes de mar en el suplemento cultural del diario La Opinión de Málaga.

"El resultado es una estupenda bitácora narrativa poblada por fantasmas, por hermanos víctimas de un destino marcado, por mujeres que enloquecen de amor, por viejos marinos que llevan y traen los relatos que la mar y la vida desembarcan en el pueblo de Caión".

El artículo completo.

Antón Castro en Garrapinillos

Antón Castro en Garrapinillos

 

Antón Castro firmando un ejemplar de Golpes de mar en el capó de un coche, en Garrapinillos.

Fotografía de Maribel Cruzado.

GOLPES DE MAR EN EL CIBERPAÍS

GOLPES DE MAR EN EL CIBERPAÍS

Fernando García Mongay, director del Congreso Nacional de Periodismo Digital, escribe sobre Golpes de mar de Antón Castro y los blogs de libros en el Ciberpaís.

Fotografía de Pippi Tetley.

 

JOSÉ DOMINGO DUEÑAS HABLA DE GOLPES DE MAR

El profesor y escritor José Domingo Dueñas escribió este texto con motivo de la presentación de Golpes de mar de Antón Castro en la librería Estilo de Huesca, donde ejerció de maestro de ceremonias junto a la profesora Rosa Tabernero.

 

Rosa Tabernero.- Enero de 1959. Guerra fría en occidente. Fidel Castro entra en La Habana.

José D. Dueñas.- Agosto de 1959. Posguerra hambrienta en España. Antón  Castro nace en Arteixo (A Coruña).

 

RT.-Como los grandes futbolistas, AC tiene la doble nacionalidad: es gallego-aragonés. Vive desde hace más de 25 años en Aragón.

JD.- Aquí ha dirigido los suplementos de libros de El Día de Aragón, El Periódico de Aragón y desde hace ya unos años el del Heraldo de Aragón, “Artes y Letras”. También dirige el programa cultural de la TV autonómica, “Borradores”.

 

RT.- En Aragón ha escrito la mayor parte de los 20 libros que ha firmado hasta el momento. Libros de entrevistas, de reportajes, de biografías. Magníficos libros de relatos. Todos marcados por una prosa brillante, precisa y soñadora.

JD.- No obstante, varios de estos títulos, como el que presentamos, recrean un espacio y un tiempo privilegiados por el autor, la Galicia de su infancia y adolescencia, el paraíso que Antón Castro vivió y se resiste a abandonar.

 

RT.- Dice a veces Fernando Savater que para vivir es más importante tener conciencia de haber sido felices en el pasado que esperar un futuro propicio.

JD.- Dicen algunos expertos que para escribir y tener algo importante que decir es necesario haberse quedado imantado con la infancia y la adolescencia, la época de los grandes misterios. Y eso es lo que le ha sucedido a Antón Castro.

  

 JD.-  Como dice el propio Antón en la breve nota que inserta al final de estos relatos, Golpes de mar cierra un ciclo narrativo de veinte años, en el que se incluyen Mitologías (1987), Vida e morte das baleas (1997) y ahora Golpes de mar (2006), que recoge y amplía varios relatos de los libros anteriores junto a otros completamente nuevos, nueve de los dieciséis que componen el libro. Dice Antón que con Golpes de mar concluye “una dilatada obsesión, mi mirada hacia el mar, las ballenas y esa región del alma llamada Baladouro, que está entre Arteixo, Santa Mariña de Lañas, Barragán y Caión, en A Coruña”.

 

Estoy convencido de que la mejor literatura es la que nace de las obsesiones de sus autores. Es la única capaz de convertirse a su vez en obsesión para el lector. Porque arranca de una  necesidad casi biológica, de manera que el escritor se decide finalmente a decir aquello que le agobia, que le quema las entrañas, que le amenaza con la locura. Hay mucha literatura prescindible, que entretiene las horas de frío o de espera y que se diluye luego sin dejar rastro, pero hay otra que viene a ampliar nuestra sensibilidad, a perfeccionar nuestro entendimiento del mundo, a hacernos por ello mejores. Este es sin duda el caso de Golpes de mar. No es la primera que vez que un libro de Antón Castro me deslumbra, me derriba en el camino de Damasco de las letras. Recuerdo que me sucedió algo semejante hace diez años, al leer su Testamento de amor de Patricio Julve (1995). En buena parte la experiencia se repitió cuando leí Los seres imposibles (1998) o El álbum del solitario (1999), pero ahora he vuelto a vivir la experiencia como nueva. Y creo que esa es la prueba del 9 de la buena literatura, que sea capaz de hacerte ver las cosas como nuevas, de reproducir la mirada inocente del niño, para quien todo se estrena, para quien el mundo aparece todavía pleno de sentido, desbordante de atractivo.

 

Antes de ahora, otros han escrito ya sobre este libro con incuestionable acierto, José Antonio Labordeta, Agustín Sánchez Vidal, José Luis Melero… Ellos han dicho que se trata de un libro con la marca inconfundible de Antón Castro, y que por ello resulta singular en muchos sentidos en el actual panorama literario. Un libro que trata del amor en su infinidad de formas cuando parece que hoy ya no se escribe en serio sobre el amor, un libro que presenta personajes insólitos ya desde el propio nombre –Golmar, Eumede, Airas Sequeiro, Lina Morgades, Bastián…- pero que se nos hacen al mismo tiempo familiares porque aciertan a encarnar facetas íntimas de nosotros mismos. A menudo lo más insólito se convierte en la seña más clara de lo universal. Y eso sucede con los hombres y mujeres que nos presenta Golpes de mar.

 

Los relatos de Antón no son producto accesorio en esta sociedad de consumo en que vivimos. Se convierten en artículos de primera necesidad porque inciden en lo más sustancial de nosotros mismos. Aquí el amor desbordante, verdadera fuerza de la naturaleza, se ofrece sin máscaras. Y lo mismo crea que derriba. Y como sucede en Platón o en La Celestina el amor aparece aquí como modo de conocimiento del mundo, como manera de trascender lo cotidiano para darnos de bruces con las realidades últimas, las verdaderas, en definitiva, de cada cual.

 

Antón recrea lugares míticos, Caión, Baladauro, el océano siempre amenazante de su Galicia natal, pero como sucedía con la mitología clásica resulta que ese mundo mítico no es otro que el nuestro. Por ello estos relatos no sólo le ganan terreno a la voracidad del mar sino a lo incierto de nuestra vida. Su prosa gana continuas batallas contra el olvido y el desconocimiento.

 

De todos los aciertos que se encierran en estos relatos, y son muchos, creo que hay uno que es definitivo, y es su escritura, la prosa. La literatura en última instancia es lenguaje, y ahí es donde se la juega cualquier libro. Una vivencia excepcional puede convertirse en una circunstancia prosaica y vulgar. Un momento nada singular puede convertirse para el lector en una experiencia honda e imborrable. El lenguaje da forma y contenido a nuestra vida y de ello trata la literatura, claro. No es decir mucho si les digo que la prosa de Antón deslumbra una y otra vez, envuelve progresivamente al lector hasta aprisionarlo sin remedio, desubica continuamente, nos saca de lo rutinario y nos lleva a miradores de belleza excepcional.

 Si todavía no han leído el libro, están de suerte, pueden pasar momentos magníficos entre sus páginas, con personajes lejanos, lugares remotos que reconocerán perfectamente, porque Golmar, Patricio Julve, Alexandre, Clara, Bastián … son nuestros semejantes, somos nosotros. Y ese lugar, Caión, Baladauro, Arteixo… está aquí mismo.

 

PRESENTACIÓN DE GOLPES DE MAR EN GARRAPINILLOS

PRESENTACIÓN DE GOLPES DE MAR EN GARRAPINILLOS

Antón Castro presenta Golpes de mar en Garrapinillos. El autor estará acompañado de Julia Millán, librera de Antígona, y la Pequeña banda de Garrapinillos, que dirige Carlos Roldán.

El acto se celebrará en el Centro Civico el 29 de diciembre a las 20 horas.

En la foto, Antón Castro y Sara Rodríguez en Valcobo. Fotografía de Aloma Simpé. 

ROSA TABERNERO ESCRIBE SOBRE GOLPES DE MAR

La profesora Rosa Tabernero leyó este texto sobre Golpes de mar de Antón Castro en la presentación del libro en Huesca.

No hace demasiado tiempo, corría el mes de octubre recién estrenado, tuve la ocasión y el honor de presentar a Antón Castro, como inaugurador de lujo de unas jornadas que en aquel momento versaban sobre la literatura, sobre la literatura infantil y juvenil, literatura al fin y a la postre, bien lo sabe el señor Castro aquí presente, bien lo sabe, digo, porque él ha sido uno de los artífices de que la literatura infantil y juvenil sea visible en una sociedad que, en más de una ocasión, se obceca en ignorar algunas artes para destacar otras que interesan un poco más.En aquel momento, presenté a Antón como “un hombre de palabra”, me refería así a él, distorsionando esas frases hechas que lo dicen todo sin apenas decir nada. Entonces regaló al auditorio un cuento precioso, Jorge y las sirenas se llamaba, el cuento de un niño que tenía sirenas en la bañera, una sirena, o eso decía, o eso le parecía, o eso parecía a aquellos que visitaban su casa… Yo creo que sí que tenía una sirena en la bañera aunque alguno lo pudiera dudar… Yo la vi, sí…Lo definí como un hombre de palabra. A su “espalda” literaria estaba esa veintena de títulos de los que antes se hablaba y todavía no había salido a la luz su nuevo libro, Golpes de mar. Y hoy, si se me hubieran dejado hablar la primera…, hubiera vuelto a decir que es un hombre de palabra, con más valor que nunca, sabiendo lo que digo.Les contaré que en clase con mis alumnos comprobé lo que puede la palabra, lo que puede el dominio de la palabra cuando empecé a leer el cuento de “Airas Padín” o mejor les cuenta él. Imaginen la situación: que si saco el folio, que si el lapicero de colores, que si apago el móvil, que si antes miro el mensaje que cierto colega o “colego” me ha enviado… y poco a poco,  se fue haciendo el silencio y me escuchaban, cosa que no siempre sucede…):                  La habían casado con el marino más rico de la ciudad. Algunos historiadores con fama de rigurosos no hablan de ciudad, sino que sitúan la historia en Caión; otros, más fabuladores, la suponen acaecida en la mítica ciudad de Duio, que fue sumergida por la aguas, y dicen que fue otro de los hechos maravillosos que provocaron su fin.Sus padres, ante las sorprendentes riquezas del marinero, unas llegadas a sus manos después de muchas navegaciones y otras por herencia familiar, no dudaron en aceptar al pretendiente en la primera insinuación formal que hizo.Ella jamás había conocido varón (…) A mi memoria vinieron aquellas palabras del profesor LLedó, cuando en un artículo sobre la Necesidad de la literatura, decía: En un momento, sin embargo, de esa cultura de la realidad, alguien pronunció ante sus oyentes, con el ritmo pausado del hexámetro: "Canta, Musa, la cólera de Aquiles", y no existía Musa alguna que cantase, ni siquiera Aquiles alguno que se pudiera encolerizar. Y no era la Musa la que cantaba, sino el hombre que decía esos versos, que nos harían emocionar con ellos y pensar, de paso, que las palabras solas eran el origen de esa emoción. Al no podernos conformar a ninguna experiencia pragmática, ese lenguaje nos enseñaba que oír, leer, interpretar se desplazaban ya a un dominio donde la naturaleza del "animal que habla" construía y afianzaba su posibilidad, su liberación y, en definitiva, su humanidad. (El País, 21- 12- 2002) Son las palabras las que nos emocionan y no los hechos. Y eso es la literatura. Del mismo modo recordé cómo Martín Garzo en El hilo azul hablaba de la necesidad de contar sólo por “contemplar el rostro de quien nos escucha”. El poder de la palabra, las palabras del día y de la noche…Y Antón es un hombre de palabra, un contador, un fabulador sublime, les diré por qué, les pediré que me crean.         Es un maestro de la oralidad. Ya lo apuntaba José Luis Calvo Carilla en un estudio espléndido publicado en la también esplendida revista Rolde de Estudios Aragoneses. Hay que estar muy seguro, en un momento en el que parece  que el cuento y la novela caminan por los derroteros más ajustados  a la realidad, a la experiencia, a la cotidianeidad que deja de serlo, a la teoría de Cortázar, en suma, hay que dominar la palabra y creer en ella como él lo hace, para apostar por la tradición oral, teñida, por supuesto, de los ecos de Borges, Ovidio, Tabucchi, García Márquez… del mejor García Márquez, el de -Los tiempos del cólera-,  de Cunqueiro, Rivas –qué hermoso y qué generoso el cuento de “El hermano que le inventé a mi hermano”. Claro, él es gallego y nos lleva ventaja en todo. Yo creo en la narrativa gallega como también creo en que “las yeguas eran fecundadas de noche por el viento del mar y que se convertían así en inmortales, como decían los antepasados celtas…” Antón es un maestro de la oralidad, un fabulador. Quizá sea el narrador que él construye su mejor y mayor seña de identidad; un narrador que nos tiende la mano, que nos pide que creamos en él, un narrador muy propio de aquellos cuentos que conformaron nuestra niñez y que descubrimos en Golpes de mar, “La serpiente de siete cabezas”, los ecos de Apuleyo –Psique y Cupido en “Vida infame en Tristán Fortesende”- un narrador que nos solicitaba un pacto, un acto de fe, un narrador que lo sabía todo y que Antón Castro hace suyo, ofreciéndonos simultáneamente signos inequívocos de su vulnerabilidad, de su falta de fiabilidad:  Los hechos que sucedieron a partir de aquí admiten las más variadas opiniones. Unos las califican de improbables, otros de fábulas maravillosas, extraídas de libros antiguos de mitologías… Qué más da, si fue o no fue verdad, qué más da. Como el narrador tradicional –ya subvertido por la contemporaneidad-, quiero creer en este narrador, en lo que dice, porque lo necesito. La ficción es autónoma, eso lo sabe Antón Castro y sólo esta idea le permite servirse de la ficción para iluminar la realidad y apoyarse en la realidad para dar sentido a la ficción. Antón es un maestro de la oralidad, además, porque sabe cuidar el mar, déjenme que parafrasee los versos de Brassens. De él, de sus lugares ficticios o no, de Caión, Baladouro, ha tomado la sensualidad, la humedad, la magia de toda su prosa. Oigo el mar pero no tanto por el vocabulario, los paisajes, no, no… Es el tempo con el que cuenta, es el vaivén de la prosa, son los golpes… golpes de mar.  Uno de los cuentos que más me ha impresionado, que más me ha emocionado es el titulado El jardín después de las lluvias. Sientan ese tempo del que hablaba: Acerqué el ataúd a un lugar escarpado donde la pleamar golpeaba con furia. Me senté en las rocas y oí la cólera del océano, el vaivén ru de las olas, el viento que zumbaba desde los pinares y peinaba los bajos. Repasé mentalmente mi regreso a Baladouro, mis horas con Clara, a la que una enfermedad incurable acababa de arrebatarme. (…) De repente vi cómo el mar había sacudido el féretro y lo arrastraba hacia su transparencia ideal (…) Y siempre como fondo esa luz oscura del Atlántico de la que hablaba Chillida, la elegancia de la frase que roza la prosa poética, el adjetivo justo… Las palabras nos mecen… Le rogaba A Antón hace unos días, cuando tuve en mis manos Golpes de mar, que siguiera ocupándose del mar, también le decía que la verdad era que yo me ocupaba del mar cuando leía sus palabras. El mar, el paisaje que lo explica, la infinitud, la trascendencia, la mirada de Antón Castro, mirada que comparto –aunque yo no cuento nada- porque también me explica mi mar del norte, cada día un poco más.  La mujer, el otro gran tema de Golpes de mar: Qué decir de la mujer… Tanta postmodernidad nos ha nublado –a mí sobre todo- el sentido a ratos. Y ahí tenemos a Clara y la descripción de ella que realiza el narrador. Es difícil tanta sensualidad en tan pocas letras, la palabra nos emociona, la del narrador, la de quien mira, la de Castro en definitiva. Clara apareció por un sendero del jardín con el pelo despeinado y un largo camisón que dejaba entrever los muslos, promontorios de miel en los senos y una espléndida cintura. (…) Me besó. Ahora me buscó la boca, me mordió suavemente los labios, me ofreció la lengua y sentí una confusa turbación, el impulso incontenible del deseo.  Cómo no recordar a Gabriela Gestal, a Alba de Deus o la propia Beatriz de Sousa. La mujer, el mar, la luz, el ritmo… Un gran fabulador. La mujer de la tradición oral, desgarrada, sentida y transformada en una suerte de semidiosa que siempre acaba confundiéndose con el mar, signo inequívoco de trascendencia.          Y este narrador, como el de la tradición oral, el que bebe en las fuentes de la realidad, sabe distender y salpicar aquí y allá las líneas con un humor que nos distancia y acerca simultáneamente:Así cuando en El paseo de la viuda, uno de los relatos mejores –bueno, a mí me apasiona todo-  que, por cierto, se desarrolla en Huesca –siempre hay en la literatura de Antón palabras para Huesca, una ciudad a la que profesa gran cariño-, Graciela Gestal dice a Leonardo Berdún, a la sazón párroco de Plan, pero “¿quién te  enseñó a ti cómo se monta una mujer?”Del mismo modo, esa Psique gallega que se llama Flora Magán que cuenta cómo su esposo destroza sus vestidos cada vez que la posee, y que con toda la naturalidad del mundo nos cuenta:                  Un día me vi en la obligación de decirle: -“Me estoy quedando sin ropa” Por qué no recordar a Pero da Ponte cuando recibe el Nobel y sólo una es la pregunta que… (Bueno, eso lo leen ustedes) El Macondo particular de Antón Castro, los personajes que van y vienen, una vez más Patricio Julve… Su mundo, que no tiene nada que ver con la realidad o quizá sí, qué más da… El García Márquez de El amor en los tiempos del cólera o el la Historia de mis  putas tristesSomos lenguaje, somos literatura.  Hay algo que a mí no me ha gustado leer, aquella suerte de coda en que Antón confiesa que éste es el final de “una dilatada obsesión, mi mirada hacia el mar, las ballenas, esa región del alma, que se llama Baladouro”.   No me gusta porque, yo, como Sherezade, creo en la palabra para vivir y también para morir, y no gritaré nunca con León Felipe que no me cuenten más cuentos… ¿Saben por qué?Es que yo, como decía García Montero, fui una niña miedosa, sigo siéndolo, no niña sino miedosa y necesito que los cuentos, las palabras, tus palabras, me ayuden a explicar “ese futuro lejano que esconde en alta mar, la realidad de la muerte”. Antón, cuando leía Golpes de mar, recordaba lo que escribía Carrière en El círculo de los mentirosos: Una anécdota persa muy antigua muestra al narrador como un hombre aislado, de pie, en una roca cara al océano. Cuenta sin descanso una historia tras otra, deteniéndose, apenas un momento para beber, de vez en cuando, un vaso de agua.El océano lo escucha en calma.Y el autor anónimo añade:-Si un día el narrador callase o alguien lo hiciese callar, nadie sabe  lo que haría el océano. Quizá yo sí. Por eso, porque fui una niña miedosa, necesito que el narrador no se calle nunca. Antón, lo dicho, va por usted.  

 

GOLPES DE MAR EN EL DIARIO DEL ALTO ARAGÓN

GOLPES DE MAR EN EL DIARIO DEL ALTO ARAGÓN

Myriam Martínez publica esta crónica sobre la presentación de Golpes de mar en Huesca en el Diario del Alto Aragón.

‘Golpes de mar’, el imaginario real de Antón Castro con sabor a sal
El escritor gallego afincado en Aragón narra dieciséis historias de amor en su nuevo libro

“Golpes de mar” es el último libro de Antón Castro, un conjunto de relatos en el que se pueden encontrar ballenas y caballos, cántigas sentimentales, influencias del mundo gallego, pero también del aragonés y de la mitología céltica, las vivencias más íntimas y dolorosas de mujeres cotidianas y heroicas a la vez y también sus más ardientes deseos.

HUESCA.- Cuando era niño, a Antón Castro le llamaba su madre “Planetas”, porque, según argumentaba la mujer, su hijo era capaz de inventar mentiras tan grandes como el mundo. Ya adulto y autor de una veintena de títulos de periodismo, historia y ficción, la metáfora sigue retratándole con fidelidad, porque no hay nada que le guste más al escritor gallego (La Coruña, 1959) que contar historias y tener la oportunidad de escucharlas y, como él mismo reconoce, en sus relatos “la realidad y la fantasía están separadas por una membrana tan pequeña que, a veces, si asomas los ojos, no se sabe dónde está la realidad y dónde la ficción”.

Antón Castro llegó ayer a Huesca con su obra “Golpes de mar” debajo del brazo, el que considera el libro de su vida y en el que se refleja desde su formación literaria hasta su sempiterno interés por las relaciones humanas y su probada pasión por la palabra.

La presencia del escritor en Huesca y su nuevo título despertaron una gran expectación. La Librería Estilo se llenó para asistir a su presentación, en la que Antón Castro estuvo arropado por los profesores del Departamento de Didáctica de las Lenguas, Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Zaragoza Rosa Tabernero y José Domingo Dueñas, y de la propietaria del establecimiento, Pepa Sánchez, quien dijo de Antón Castro que es un autor que “hace soñar” y “crea lectores”.

PRESENTACIÓN DE GOLPES DE MAR EN HUESCA

PRESENTACIÓN DE GOLPES DE MAR EN HUESCA

El día 27 de diciembre Rosa Tabernero y José Domingo Dueñas presentarán Golpes de mar junto a Antón Castro en la librería "Estilo" de Huesca. Será a las 19.30 y, por supuesto, será un placer verte allí.

En la imagen, Antón Castro en la playa de Valcobo, uno de los escenarios de Golpes de mar. Fotografía de Pippi Tetley.

GOLPES DE MAR EN EL DIARIO DE MALLORCA

Bellver, el suplemento del Diario de Mallorca, dedica estas líneas a Golpes de mar de Antón Castro.

Un libro entre los relatos y la novela que indaga en el alma de unos personajes surcados por la mar, la soledad y el amor. Este libro es mucho más que historias de mar, de personajes recios y sensibles,de amores y de vidas saturadas de salitre. Traspasa el relato de naufragios, de esperas y de redes. Golpes de mar es un conjunto de relatos que rota entorno a una población pesquera de las costas coruñesas en el que los personajes pasan de un relato aotro, ganando o perdiendo protagonismo, y nos dejan ver unas entrañas que Castro desmenuza conalta pericia literaria. Con un estilo desnudo y sin superfluos afeites, está tejido con una prosa conmovedora.

 

GOLPES DE MAR EN EL BLOG DE ANA ALCOLEA

GOLPES DE MAR EN EL BLOG DE ANA ALCOLEA

La escritora Ana Alcolea escribe de Golpes de mar de Antón Castro en su blog:

Acabo de leer GOLPES DE MAR, el último libro de Antón Castro, nuestro querido Antón. Se trata de una colección de bellísimos relatos. En ellos se pasean sirenas y caballos, acantilados y prados, mujeres fascinadas por marinos eternos como el holandés errante, hombres que mataron por cantantes de fados. Cuentos de mar, de marineros, de percebeiros, de mujeres que esperan, de mujeres que se entregan al mar. Me ha gustado leerlo, lo he disfrutado. Es un regalo de lectura.

La fotografía es de José Antonio Melendo. 

GOLPES DE MAR EN LETRAS DEL MAR

El blog Navegante del mar de papel dedica a Golpes de mar de Antón Castro este texto.

 “Golpes de mar”, de Antón Castro, es una serie de relatos que rezuman imaginario gallego: barcos, fantasmas, marineros, naufragios, ciudades sumergidas, faros, en los que su autor ha sabido cifrar el difícil territorio de la fábula poética, resuelta a menudo desde historias verdaderas.

AGUSTÍN SÁNCHEZ VIDAL ESCRIBE SOBRE GOLPES DE MAR

AGUSTÍN SÁNCHEZ VIDAL ESCRIBE SOBRE GOLPES DE MAR

 

El escritor y catedrático de la Universidad de Zaragoza Agustín Sánchez Vidal publica esta columna sobre Golpes de mar en Heraldo de Aragón:


GOLPES DE MAR
Así se titula el último libro de Antón Castro, que le ha editado Destino en la prestigiosa colección Áncora y Delfín. En ella empezó ese extenso ciclo donde su autor se lanzó a tumba abierta para culminar una voz y mundo propios, con El testamento de amor de Patricio Julve. Ahí cuajaba de modo irreversible su inconfundible estilo, prolongando aquella estirpe de narraciones fabulosas ya rodadas a través de Mitologías, Los pasajeros del estío o Vida e morte das baleas.

En sus páginas, y en especial en las de la última, hunde sus raíces este bien enhebrado manojo de dieciséis relatos, de los que se desprende un vaho o atmósfera que los impregna como una niebla tenaz. Y ello gracias a su textura, que nos va sumergiendo en una intemporalidad donde marinos y mujeres se entregan desaforadamente a sus destinos en escenarios marcados por las ausencias, trascendidos por una literatura con pleno dominio de los más variados recursos y registros.

Acaso haya que ser gallego para ver y sentir así, insertarse ese idioma y en toda una tradición que transcurre por su propia realidad paralela. Pero Antón Castro sigue demostrando –como en su ciclo de Patricio Julve, en sus bestiarios aragoneses y demás seres imposibles- hasta qué punto tales hallazgos se pueden trasvasar a estos páramos, si se sabe hurgar en las vivencias más íntimas, en las secretas correspondencias entre los tuétanos del Maestrazgo y la Costa da Morte, por ejemplo.

Ahora a su autor le espera el siguiente reto, el salto a la novela. Dispone de bagaje más que sobrado para afrontarlo: Golpes de mar no es sólo un libro, sino todo un proceso de fermentación que se remonta a más de dos décadas atrás. Ha merecido la pena. Para quienes llevábamos esperando su aparición, constituye el más hermoso regalo navideño, una de esas obras singulares que se publican raramente, muy de ciento a viento. No se la pierdan.

Rogelio Allepuz hizo esta fotografía en 1994.

 

JOSÉ ANTONIO LABORDETA ESCRIBE SOBRE GOLPES DE MAR

JOSÉ ANTONIO LABORDETA ESCRIBE SOBRE GOLPES DE MAR

El cantautor, escritor y diputado José Antonio Labordeta escribe sobre Golpes de mar de Antón Castro en El Periódico de Aragón.

"La vida, el tiempo, esto que se nos va de las manos como arena de playa o como aire desolado en las despedidas, está lleno de dientes de sierra: hacia arriba, hacia abajo. Depende de los días, de los sucesos, de las historias.

Hacia arriba aparece ese hermoso libro de relatos, Golpes de mar, que Antón Castro nos deja como un regalo de la Galicia mas profunda, más hacia el mar, más "morriñosa" y bella, donde los personajes --épicos todos ellos-- nos invaden y rodean haciéndonos vivir con ellos sus aventuras y desventuras y sobre todo su amor.

Pone Antón el diente de sierra muy alto por que sus textos tienen una belleza difícilmente alcanzable para los toscos habitantes de estos secanos duros y agresivos. Pone el adjetivo donde creías que ya no se ponía y pone al personaje frente a tu admiración con una sencillez increíble, a pesar de que el misterio de sus vidas te sobrepone contra las cuerdas hermosas de su lenguaje preciosista.

Patricio Julve, el testimonio del Maestrazgo turolense, no podía faltar. Es su homenaje a los duros y hermosos, aunque parezca mentira, años de su estancia en aquellas tierras altivas, rotas, desangradas. Tan lejanas a su Galicia melancólica y soñadora pero en las que Antón, y los suyos, pasaron años de fertilidad y de felicidad increible y de vida rotunda."

El artículo de Labordeta también recuerda con afecto a dos personas recientemente desaparecidas: Juan José Carreras Ares, y Sabina, la suegra del cantautor. 

 

ANTÓN CASTRO EN LOCALIA

ANTÓN CASTRO EN LOCALIA

Esta tarde a las 19.30 David Marqueta entrevistará a Antón Castro en Localia Zaragoza.

GOLPES DE MAR EN RED ARAGÓN

GOLPES DE MAR EN RED ARAGÓN

El último libro de Antón Castro en Red Aragón.

ANTÓN CASTRO EN EL BLOG LA LIBÉLULA ROJA

ANTÓN CASTRO EN EL BLOG LA LIBÉLULA ROJA

El blog "La libélula roja" dedica un post a "Golpes de mar" de Antón Castro:

"Vuelta del largooo... fin de semana, no os contaré lo que he hecho, lo que si os diré es que por fin he visto "El perfume", nada comparable al libro, pero si entretenida. Me ha gustado bastante la ambientación y la fotografía. Ya me contareis qué os parece.

Cambiando de tema, el lunes se presentó en El Paraninfo el nuevo libro de Antón Castro Golpes de mar, como ya empezais a conocerme ya sabreis que siento debilidad por él, y cómo no os recomiendo el libro que seguro que estará muy bien. Como muestra un fragmento que encontré hace unos días en el blog de Antonio Pérez Morte, un poeta aragonés que también os recomiendo. No olvides de paso dar una vuelta por el blog de Antonio Pérez Morte y por el de Antón Castro, no tienen desperdicio, bueno lo dicho, aquí os mando un trozo de un cuento del nuevo libro de Antón, no dejeis de comprarlo. Que lo disfruteis."

La fotografía es de José Antonio Melendo.

GOLPES DE MAR EN EL CULTURAL

El Cultural de El Mundo publicaba ayer la reseña de Ricardo Senabre.

ANTÓN CASTRO EN LA FERIA DEL LIBRO DE MONZÓN

ANTÓN CASTRO EN LA FERIA DEL LIBRO DE MONZÓN

El Diario del Alto Aragón publica esta crónica de la Feria del Libro de Monzón. La fotografía es de José Antonio Melendo .

La XII Feria del Libro Aragonés de Monzón se clausuró ayer con un gratísimo sabor de boca. Las ventas fueron fluidas durante todo el fin de semana y la presencia de los escritores aragoneses más señeros la redimensionaron el sábado. Ayer, la entrega de los Premios Medioambientales FLA-2006 puso el broche emotivo al colofón (después actuó el Grupo Folklórico “Nuestra Señora de la Alegría). “La marca de este salón ha calado y es la referencia regional del libro”, dijeron a modo de resumen el director, Jesús Planas, y el gerente ferial, Gorgonio Sanjuán.

MONZÓN.- Chorche Paniello, director de la feria durante diez años y ahora ayudante de Planas, condujo la entrega de los Premios FLA. Primero subieron el escenario tres montisonenses: José Damián Moreno, autor de libros sobre la flora y la fauna altoaragonesa, reputado naturalista y “defensor” junto con Jesús Aventín de la población de aguiluchos cenizos del Cinca Medio y el Somontano; Alejandro Serrano, responsable de Ecologistas en Acción-Cinca Medio “y siempre en la brecha de la defensa de la naturaleza”; y Toño Isla, autor de los carteles anunciadores de la feria y de cómics que animan al respecto al medio ambiente. Los aplausos del público reconocieron la labor del trío.

A continuación el protagonismo recayó en tres colectivos bien conocidos por sus lucha relacionada con los ríos “y el derecho a vivir donde uno ha nacido”: la Asociación Río Aragón, la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos y la Agencia Medioambiental “Ibón” de Zaragoza que trabaja fundamentalmente en la recuperación de riberas. Lola Jiménez, portavoz de la primera, dio las gracias y subrayó la consigna que define la batalla: “No es bueno destrozar las casas de unos para hacer mejores las de otros”.

El comité organizador valoró la “actividad” del sábado por la tarde. Paniello, con un punto de humor, dijo que estuvo en la feria la “jet-set” de la literatura aragonesa. Se refería a la presencia en la Nave de la Azucarera de Javier Tomeo, Félix Romeo, Pepe Cerdá, Antón Castro, Ismael Grasa, Cristina Grande, Ángel Petisme, el dibujante Azagra y otros escritores consagrados. Planas puso el acento en la satisfacción generalizada de los expositores y en los contactos que han establecido las editoriales entre sí, y Sanjuán apuntó: “Ya está muy oído eso de feria consolidada, pero es la frase que mejor dibuja lo que hemos vivido durante todo el fin de semana”.

Antón Castro habla de la Feria del libro de Monzón

Hacía algunos años que no iba a la Feria del Libro de Monzón. Tal vez dos o tres. Es un lugar al que siempre me gusta ir porque es una pequeña fiesta, sostenida en el tiempo, olvidada durante años por la política oficial y recuperada ahora, aunque tampoco sin grandes aspavientos. Domina la ilusión y el voluntarismo, y quizá no habría estado mal un poco de reflexión. Habría que repensarla para mejorarla desde el absoluto respeto, desde la idea de que ha sido y es un éxito, pero aún así, ahí está, ofreciendo novedades, alegría, variedad, recomenzando como el mar año tras año. En su blog.

Golpes de mar en el blog de Cide Hamete

El lunes se presentó el nuevo libro de Antón Castro. Hubo muchísima gente en el acto. Yo me apunto allí donde haya vino, así que fui.

Pepe Melero hizo una sensacional y tronchante exposición en 12 puntos de por qué Golpes de Mar sólo lo podría haber escrito Antón Castro. Pepe Melero, con el disgusto de haber visto lo que el Real Zaragoza hizo el día anterior, se explayó sobre la magia de los relatos de Antón, las fantásticas situaciones que sus personajes crean (como una pareja que se pone el despertador a las 4 de la mañana para hacer el amor), los nombres imposibles de sus personajes (Antía Fortesende, Flora Magán, Airas Padín,...), los rincones de de ese Macondo particular que es Baladouro,...

Por su parte Antón defendió que lo que él escribe es normalmente realista -lo que me faltaba por oír, espetó a esto Pepe Melero-. Aseguró haber visto muchas de las cosas que aparecen en sus libros y haber conocido gentes con esos nombres.

El libro consta de 16 relatos en los que se entremezclan los paisajes marítimos y rurales de Galicia con zonas de Aragón. Aún no he podido empezar a leerlo, otras lecturas me tienen atrapado. Pero estoy deseando agarrarlo por las solapas y sumergirme en ese mundo soñado (o vivido, según él mismo) de Antón Castro.

 

En su blog.