Fragmento de Golpes de mar en El País
Destino de lamia
En plena crisis de desamor, un amigo le había recomendado reposo en Caión, paseos por la playa al atardecer bajo la llovizna obstinada, sardinadas en la terraza de «Miramar» mientras Outono, el pintor y camarero, traza marinas al óleo y a la acuarela. Le había recomendado que charlase con el viejo Buxán, el farero, en el puerto, en las escaleras del muelle frente a las grutas y a las gaviotas alineadas en las barcas. El amigo le había dicho, olvida esta ciudad por un tiempo, olvida la oscura buhardilla donde anidó el amor durante tantos días, y solicita una excedencia. Una larga excedencia. Más
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