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Golpes de mar de Antón Castro

MARIANO GISTAÍN ESCRIBE DE GOLPES DE MAR

MARIANO GISTAÍN ESCRIBE DE GOLPES DE MAR

Mariano Gistaín publica esta columna sobre "Golpes de mar" de Antón Castro en El Periódico de Aragón :

"El mar convencido. José Luis Melero se consagró como un presentador de luxe. Ya venía dando avisos, pero el martes se salió en la disección del libro de Antón Castro, Golpes de mar, que era una pieza difícil. Difícil porque son cuentos pero vibran todos a la vez, y porque Antón ha cuajado y ya no hay forma de saber si la cosa va en hiperrealidad, en fábula, en leyenda o en un mix: Antón es inabarcable. Es lo que tiene alcanzar esa maestría indómita que siempre ha perseguido el gallego aragonés por encima de todas las cosas: duplicar la vida con el texto, a ratos suplantarla o suplirla, darle tres vueltas. Duplicar la vida o lo que sea este fluir, que como no se sabe (no, no se sabe, aún faltan generaciones de becarios), pues deja mucho margen para recrear casi desde cero, recombinar frases y personajes y lugares casi el filo de las cuatro letras del ADN. AC se ha metido ya sin saberlo en la gramática luminosa de las células, que ya no son esos globos de los libros de texto. Y en este afán por desbriznar la vida y sus entreactos, amoríos, pasiones, pulsiones, desasosiegos ignotos. Antón va y viene al fondo de la infancia y en veinte años ha seguido sacando cerezas de todos los colores y matices, las ha ido desplegando al ritmo de capítulos, peces abisales, runruneos del alma, unidades sueltas pero conectadas, hiperviculadas a esos mares tenebrantes donde los chicos descuartizaban las ballenas que se quedaban encalladas hasta convertir las olas en sangre y espuma (cuidado con estos cuentos porque se pegan). Melero aplicó el bisturí, sacó muchísimo material de estos relatos fabulosos y deleitó a la inmensa parroquia que acude a las presentaciones sobre el mundo infinito de AC. Lo mejor de todo es que cuando habló el autor volvió todo del revés en estas once dimensiones que ahora tienen las cosas, y explicó sencillamente que todo estaba ahí, que no había inventado nada. Y aún dio avisos y pistas de lo que le queda en la sentina, que es mucho más alucinante de lo que se acaba de imprimir en Destino. Insistió en que de pequeño su madre le hacía bañarse con delfines y ya de ahí saldrá la próxima entrega, esperemos que no tarde veinte años.

La saga galaico aragonesa de hiperrealismo fabuloso, como esas sirenas tan humanas que el autor extrae del papel en sus dedicatorias, continua."

 

 

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